jueves, 13 de octubre de 2011

Unas cuantas aseveraciones rebatidas convenientemente


1. En Andalucía la Junta ha ampliado el horario lectivo de los profesores a 21 horas y allí nadie se ha quejado porque gobiernan los socialistas.

En Andalucía los docentes tendrán los 
motivos que sean para quejarse, pero 
desde luego, no se quejarán por tener 
más horas lectivas. A pesar de la 
insistencia en ello, esta pasada semana 
ya se encargó de desmentirlo el 
Consejero de Educación de la Junta de 
 Andalucía, llevando consigo al Parlamento 
los horarios de todos los centros de 
Enseñanza Secundaria. Todos cierran 
por regla general, como dice la ley, a 18 horas.


2. Estos “ajustes” en ningún momento influyen en la calidad de la enseñanza.

Desdobles que deberían hacerse 

en 1º y 2º de ESO, laboratorios cerrados 
 porque no se conceden horas para 
hacer el desdoble, bibliotecas cerradas 
por falta de horas para guardia de biblioteca… 
Si cogemos un centro al azar, probablemente 
la semana pasada faltaban unos cuantos 
profesores que llevaban sin venir desde 
principio de curso (bien porque faltaban 
“regalos” de medios profesores por 
nombrar o porque no se cubrían bajas 
maternales o por operación). A día de 
hoy, todavía faltan por nombrar profesores 
que dan clase en 2º de Bachillerato y que 
deberían haber estado en sus puestos 
de trabajo el 1 de septiembre, pero el 
caos organizativo que han provocado 
las instrucciones de principio de curso 
está haciendo que la adjudicación de
 plazas se esté llevando a cabo con un 
retraso sin precedentes. Los profesores 
 tienen 2 horas lectivas más, lo que supone 
para muchos un grupo más de clase, 
 30 exámenes más, 30 redacciones que corregir, 
30 cuadernos que revisar, 30 dudas 
más que resolver, 30 problemáticas 
más que conocer, 30 familias más que 
 atender. Además, en la mayoría de los 
centros se están rehaciendo estos días 
 los horarios al completo, incluso todavía 
no están cerrados los grupos. Se intenta 
funcionar con la mitad de guardias que 
el curso pasado, con un 10% menos de 
profesores y teniendo más alumnos. Por mucho 
que se quiera maquillar, todo esto tiene que
 afectar a la calidad.


3. Los profesores se movilizan cuando se les quitan liberados sindicales o cuando no se contratan a los interinos que ellos desean.

Al profesorado le da igual cuántos 

liberados sindicales hay, la mayoría ni 
 siquiera está sindicado. Los profesores 
interinos están viviendo una situación 
dramática, pero pocos profesores 
funcionarios de carrera irían a la huelga 
y perderían 100 euros al día sólo por 
defender a los interinos. Aún así, hay 
que destacar que casi todos los interinos 
que se están contratando ahora (unos 1000) 
son para hacer sustituciones cortas o están 
con medias jornadas o incluso tercios o 
cuartos de jornada. Otros 2000 pasaron 
 directamente al paro.


4. Los profesores no se movilizan ni los sindicatos convocan huelgas cuando se recortó el sueldo de los funcionarios el año pasado ni por la calidad de la educación.

Falsas las dos cosas. Se convocan huelgas

 todos los años pidiendo una mayor inversión 
en educación y una mejora en la calidad. 
El curso pasado, además, se 
convocó otra jornada de huelga por la 
bajada de sueldos a los funcionarios. No
 fue secundada mayoritariamente 
precisamente porque el profesorado entendió
 a regañadientes la necesidad de la 
medida, aunque no le gustase en absoluto.


5. Es una huelga política.

Es una huelga contra una medida política,

 claro que sí. Si eres funcionario, tu “empresa” 
es el Estado o tu Comunidad, tu “empresario” 
es tu presidente y tus 
posibles huelgas son contra medidas 
políticas que se tomen. Obviamente, la 
protesta es por una decisión política, pero ni 
mucho menos tiene que ver 
 con un partido u otro. Muchísimos profesores 
de ideología conservadora han secundado 
la huelga o llevado a cabo protestas. 
Que se sea de un partido no quiere decir 
que se tenga que acatar todo lo que el 
partido diga como si se fuera hincha de 
un equipo de fútbol. Un profesor que sea 
votante de derechas perfectamente puede 
ser crítico con una medida que sabe que 
perjudica a todas luces a la educación 
pública.


6. IU hace negocio con las camisetas verdes.

Basta ir a cualquiera de las manifestaciones 

y ver que las camisetas verdes que hay 
son de lo más variopintas. En muchos 
centros las han hecho ellos mismos, 
pidiendo la estampación a alguna empresa
 del pueblo. Si se hacen pocas, 
salen bastante más caras, pero muchos 
profesores querían, por ejemplo, que la 
camiseta llevase el nombre de su centro. 
Son muchas las empresas que están haciéndolas pero esto de las camisetas no es algo nuevo: en Vallecas ya vestían estas
 mismas camisetas con el mismo diseño 
desde hace cinco años y las llevaban a 
cualquier acto a favor de la educación 
pública. Parece que en este caso la 
acusación se debe a que dos miembros de 
las organizaciones vecinales y de padres 
que están vendiendo mayor número de 
camisetas estuvieron en las listas de IU 
y de ahí se extrapola que IU hace negocio.
 ¿Acusarán de fraude fiscal a los que 
vendían sin factura llaveros con la 
cara de Fraga o Cospedal en la puerta 
de la convención del PP en Málaga.


7. No hay profesores que no den materias que no controlen. Si algún profesor da una materia no afín a su especialidad, irá la inspección y se le caerá el pelo al instituto y a ese profesor.

¡Ni que un profesor quiera dar una 

asignatura que no sea la suya! Hasta 
este año, prácticamente todos los profesores 
que hubiesen sacado su plaza tenían 
 su centro asignado para el curso 
siguiente a finales de julio. Este año unos 
 1400 funcionarios se han quedado 
sin centro y se han ido repartido 
(muchos de ellos en medias jornadas) 
a lo largo de septiembre por los distintos 
centros. De sobra son conocidos algunos 
casos que rozan la venganza contra 
ciertos profesores que han denunciado 
su situación. Muchísimos profesores 
conocen a compañeros en esa situación 
pero pocos se atreven a denunciarlo 
públicamente por temor a represalias.


8. Un absentismo el 10% del profesorado no es admisible.
Lo dice como si fuera un titular de este curso. Lo que no dice es de cuándo es ese porcentaje ni a qué tipo de absentismo corresponde. ¿Incluye a los profesores de baja que sí son sustituidos? ¿Y lo que tienen una baja avisada con semanas de antelación pero la administración no manda sustituto? ¿A los profesores que tienen que ir a vigilar Selectividad una semana o los que pasan las pruebas CDI? El absentismo del curso pasado fue el similar al de cualquier empresa de cierta envergadura.


9. No hay “recortes”.
No hay peor mentira que una media verdad. No hay recortes en la educación en general, sino sólo en la educación pública. Los 80 millones que recortarán por un lado serán los mismos que dejarán de recaudar con el nuevo sistema de desgravación. Sí, ese nuevo sistema es para todas las familias, no sólo para los que llevan a sus hijos a centros privados y concertados, pero curiosamente son tres los conceptos que entran dentro de la desgravación: enseñanza de idiomas, uniforme y gastos de escolaridad. En la pública, poco se van a desgravar de las dos últimas y los centros no suelen ofertar clases pagadas de idiomas fuera del horario escolar. Sin embargo, una familia con dos hijos y que tenga unos ingresos de menos de 120000 euros (cifra nada despreciable) ahora podrá desgravarse hasta 900 euros. Y la asociación de centros privados pide que se suba a 1500 euros, claro. Y que no se construyan nuevos colegios públicos cerca de aquellos privados donde sobren plazas.


10. Sólo se hace cumplir la ley, y la ley establece que pueden dar hasta 21 horas lectivas.

Esto no es mentira, pero la citada ley se ha de leer hasta el final. La ley dice que se darán 18 horas lectivas pero que, excepcionalmente, se puede llegar hasta 21 horas lectivas por necesidades del centro. La excepcionalidad en Madrid desaparece. Lo que también dice la ley es que por cada hora lectiva de más, se han de quitar dos horas complementaria (reuniones, guardias, atención a padres…). Así, siguiendo la ley de la que tanto habla, sólo los profesores no tutores a 20 horas lectivas podían hacer una guardia y el resto, ninguna, cuando el curso anterior casi todos los profesores tenían tres guardias. Eso hacía imposible el funcionamiento de un centro, ya que se pasa de tener tres o cuatro profesores de guardia por hora a tener uno o ninguno. En cuanto haya que vigilar dos aulas, el caos estaría asegurado y las consecuencias legales de cualquier tipo de altercado ocurrido en un aula sin profesor correrían a cuenta de la administración. Como no querían que eso ocurriese, mediante instrucciones verbales obligaron a los directores a que no compensen, como dice la ley, con dos horas complementarias sino sólo con una. Los directores piden dichas instrucciones (contrarias a la ley) por escrito, pero se niegan a darlas. Varias son ya las sentencias ganadas en este sentido por parte de profesores que recurren su horario, pero la administración sabe que aunque se ganen todas esas sentencias, la resolución no saldrá antes de que acabe el curso.
Ni los directores ni los inspectores se atreven seguir las instrucciones verbales y firmar unos horarios que saben que son ilegales, ya que saben que estarían cometiendo prevaricación, así de claro.   
                                                                                                                                 


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