No entiendo el desánimo de algunas personas (aunque
puedo comprender la impaciencia).Lo que voy a decir no es opinión solamente
Quien lo crea, bien; y quien no, también.
Digamos que conozco a alguien que conoce a alguien. Y
este segundo alguien es un alguien con un puesto importante en la
Administración.
Muy importante.
La situación, tras la enorme movilización demostrada la
semana pasada, está así (y repito, no es opinión mía, sino de alguien que me
inspira total confianza):
Esperanza Aguirre y Lucía Figar están ciertamente
desconcertadas y sorprendidas por todo el movimiento que se ha creado. No
esperaban, ni de lejos, tanta resistencia y tanta unión. No saben qué hacer,
porque tienen vías abiertas por todos los flancos. Hay voces discordantes en su
partido con la forma en la que han llevado este asunto. Lucía Figar está
preocupada porque es una política ambiciosa y piensa que esto puede ser una
mancha demasiado grande para su futuro político. Ella es la delfina de Espe,
que nadie lo dude. Piensa que si esto se le va de las manos, su futuro político
puede estar comprometido. Y, ciertamente, la situación no la tiene controlada
ni mucho menos (y es lo que más la agobia). De ahí el nerviosismo en las
entrevistas y los tópicos a los que recurre siempre: el ataque a la
profesionalidad de los profesores y la politización de esta protesta.
Pero hay otra cosa más importante aún: en la
Administración, y sobre todo en la Consejería, hay mucha gente que no está de
acuerdo con las medidas de la Consejera y con la gestión educativa de la
Presidenta. Ni en el fondo, ni en las formas, ni, desde luego, en el
objetivo principal que persiguen, que no es otro que el que expresó Esperanza
sobre los tramos educativos no obligatorios. Y no son 3 o 4 los que no están de
acuerdo con ellas. Son muchos. Lo que pasa es que ellas no se dejan aconsejar
por los verdaderos profesionales de la Educación que trabajan para la
Administración. Pasan olímpicamente de ellos. ¿O alguien ha escuchado alguna
voz de la Consejería que no sea la de Lucía Figar y sus 3 o 4 lugartenientes?
Si seguimos así, con este nivel de participación, de
movilización, de protesta, de información en los medios... y, sobre todo, si
damos otra lección en las huelgas de los días 4,5 y 6 en las que estará
convocada toda la comunidad educativa, no van a poder resistir tanta presión.
Está en nuestras manos. Sinceramente, es casi imposible
hacerlo mejor de lo que lo estamos haciendo. No la caguemos y sigamos igual.
Cada iniciativa cuenta y suma. Las huelgas y la manifestación del 20, de
verdad, han hecho mucho daño. Muchísimo.
Dejemos que las Asambleas hablen y valoren lo que ha
pasado estos días. Se han conseguido cosas (que nadie dude que si se están
reforzando mínimamente algunos centros y se están llamando a algunos interinos
es por toda la presión que hemos llevado a cabo y por las denuncias públicas
constantes). Las Asambleas tienen que pensar qué es mejor con respecto a las
huelgas. Evidentemente, no se pueden parar en las 3 ya realizadas. Pero quizás
tampoco sea conveniente forzar la situación hasta un límite al que haya
compañeros que no puedan llegar.
Lo que quiero decir es que, igual es más productivo hacer
3 días de huelga cada 2 semanas a un 70-80%, que 3 días de huelga indefinida
con porcentajes menores. No lo sé, eso tendrán que hablarlo los claustros.
Lo que sí pediría a estos claustros es sinceridad en los
compromisos.
Si se hacen sondeos, que sean fiables. Y que se tomen las
decisiones más acertadas. Otro éxito en la huelga de la primera semana de
octubre, como decía antes, sería un palo muy gordo para la Administración y la
Consejería.
Lo que no debe bajar ni lo más mínimo es el nivel de las
movilizaciones que rodean a la huelga y de la presión mediática: en las webs,
los blogs, los foros, la prensa, twitter... Eso hay que mantenerlo porque está
llegando clarísimamente a la sociedad. Mientras el problema de la Educación
Pública sea noticia, estaremos en disposición de conseguir muchas más cosas. Si
esa noticia se apaga, habremos perdido buena parte de las posibilidades.
Pero que nadie se desanime, por favor. Esto es una
partida de ajedrez muy larga y muy complicada. Y cualquiera que juegue al
ajedrez sabe que la prisa y la precipitación son los peores enemigos del buen
jugador. Hay que tener calma y pensar mucho las jugadas.
Ánimo. De verdad que las cosas se están haciendo muy
bien. Que sea la Administración la que se ponga nerviosa, porque nosotros
llevamos la razón, no lo olvidemos.
Un saludo.
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